Crisis de lactancia, ¿Que debo saber?

Esto es uno de los principales motivos por el cual las madres dejan de amamantar a sus bebés, ya que creen que ya no producen leche, o que su bebé pasa hambre, porque lo único que quieren es teta y mas teta, debido a el desconocimiento de estas crisis de lactancia.
Estas situaciones de desajustes diversos, que iremos viendo a continuación, rompen la normalidad y preocupan e inquietan a las madres que en muchos casos tienen escasa o nula información concreta sobre la lactancia. Si no se sabe qué pasa, si se desconoce qué está ocurriendo, se tiende a pensar en el gran mito de la lactancia: “no tengo leche”.
Hoy para las lectoras de Entre Nosotras he preparado una revisión de las crisis que se producen en la lactancia, pero ante todo hay que dejar claro que las edades sólo son orientativas y cada bebé es un mundo.
crisis
Crisis de los 15-17 días, la primera sorpresa llega pronto, los bebés aumentan su demanda de manera exponencial y sorprendente:
● Quieren mamar sin interrupción todo el día
● No se sueltan del pecho y si lo hacen
vuelven a pedirlo en pocos minutos
● No descansan ni permiten que la madre descanse
● La madre siente los pechos blandos y cree que no tiene leche
¿Qué pasa?
El bebé debe aumentar la producción de leche de su madre y la única manera de conseguirlo es mamar de manera ininterrumpida varios días. De esta manera la producción de leche de la madre aumenta y él puede recibir toda la leche que necesita. El bebé a veces toma tanta leche que tiende a regurgitar pero aún así sigue pidiendo leche. No pasa nada por seguir su ritmo, incluso con las regurgitaciones. No es adecuado introducir un chupete o darle suplemento ya que las dos cosas interfieren en la normalización de la producción de leche. En dos o tres días el aumento de demanda termina y se normaliza.
Crisis de las 6-7 semanas, al fin la lactancia funciona perfectamente y entonces los bebés empiezan a mamar diferente y a protestar mientras maman:
● Maman de manera inquieta, lloriqueando
● Tironean del pezón
● Se arquean y tensan espalda y piernas
¿Qué pasa?
Se cree que en esta etapa se produce una modificación temporal en la composición de la leche. El cuerpo de la madre deja de fabricar leche de transición para fabricar leche madura. Este cambio altera temporalmente algunos minerales de la leche y la leche adquiere un sabor más salado. El bebé nota esa diferencia y reacciona con enojo. Por suerte, en pocos días el sabor de la leche se normaliza y el bebé vuelve a tener su comportamiento habitual en el pecho. No hay nada que se pueda hacer por acelerar el proceso y no es adecuado sacarse leche y tirarla.
La crisis de los 3 meses, quizá es la más compleja de las crisis, ya que afecta a madre y a bebé. Durante esta crisis se producen muchos abandonos prematuros de la lactancia, al no poder comprender qué pasa y debido a las malas indicaciones que suelen recibir las madres:
● Llora y protesta durante unos minutos al inicio de la toma
● El bebé ha aprendido a mamar muy rápido y termina la toma en dos o tres minutos
● La madre ofrece más el pecho o incluso el pecho contrario pero el bebé rechaza mamar
● El bebé se distrae con nada y prefiere ver el mundo a mamar: se suelta del pecho para ver quién entra por la puerta, para mirar el cuadro que hay detrás de la madre,…
● Cuando está tranquilo mama y sonríe a su madre
● La madre siente el pecho blando y cree que no tiene leche
● El bebé sólo mama con tranquilidad durante las siestas o durante la noche donde hace tomas largas y plácidas
¿Qué pasa?
Ante todo decir que es una de las crisis más complejas y que se tarda un mes aproximadamente en normalizar la situación. En primer lugar la glándula empieza a funcionar como un reloj y sólo fabrica leche cuando el bebé lo pide. Desde que el bebé empieza a succionar hasta que recibe la leche pasan unos dos minutos, pero durante esos minutos el bebé se desespera al no obtener la leche de manera inmediata. Además los meses previos a la crisis le han servido para aprender a mamar y lo hace con efectividad y energía, por lo que el tiempo de las tomas se reduce drásticamente.
Hay que tener en cuenta que el bebé crece y con él su cerebro y sus capacidades. Así empieza a ver más allá de un rostro y un pecho, y desea prestar atención a todo lo que le rodea. El bebé sólo mama con tranquilidad cuando duerme, lo que lleva a pensar de manera equivocada a las madres que quizá el bebé rechaza su pecho o las rechaza a ellas. En este momento muchas madres optan por dar un biberón al bebé que lo devora en pocos segundos creando aún más confusión.
Hay que aclarar que hasta los 4 meses los bebés no son capaces de mostrar saciedad (no saben apartar la cara para mostrar que no quieren más) y pueden tomar grandes cantidades de leche que no necesitan.
Crisis de los 4 meses, esta crisis no es por culpa del pecho, no se trata de ningún aumento de la producción, ni ninguna modificación del sabor de la la leche… Se produce por otras causas y amamantar al bebé ayuda a superar este periodo:
● Los bebés aumentan los despertares nocturnos
● En las tomas nocturnas se muestran demandantes y nerviosos
● Las madres creen que el bebé se queda con hambre o que no tiene leche suficiente
● Se les aconseja empezar con leche artificial o con cereales para dejarlos llenos
¿Qué pasa?
Como decíamos este aumento de demanda no se produce por hambre. Los bebés nacen sólo con dos fases de sueño y sobre los 4 meses aprenden las fases de sueño que les faltan, este hecho produce que pasen más rato en un estado de sueño ligero que les lleva a aumentar el número de despertares nocturnos. Al despertar deben comprobar que todo va bien y nada mejor para asegurarse que estar cerca de mamá y mamar un poco.
Es importante decir que no por darles biberones con leche artificial y cereales los bebés duermen mejor ni duermen más.
Crisis de los 8-9 meses, de nuevo se trata de una crisis de la que la lactancia no es culpable:
● Los bebés reclaman la atención constante de su madre todo el día
● De día maman con cierta normalidad
● De noche aumentan la demanda
● Despiertan angustiados llorando y quieren mamar
● Las tomas nocturnas se vuelven eternas, no quieren soltar el pecho.
¿Qué pasa?
Los bebés crecen y maduran, llegados a los 8 meses entran en una etapa complicada: la llamada angustia por separación. Empiezan a entender que madre y él son entes diferentes y que mamá puede “desaparecer”, que la podrían perder y eso les preocupa. La manera de tener a mamá cerca es pedir pecho, mamar y poder tranquilizarse. Eliminar el pecho a esta edad, interpretando que los bebés tienen dependencia de su madre o que la utilizan, no ayuda a que superen esta etapa tan complicada emocionalmente para ellos.
Crisis del año ¡Quién diría que llegados al año aún tuviéramos crisis!
● Los niños empiezan a dejar de comer (si es que comían sólidos)
● Pasan el día picando comida pero siguen mamando mucho
● Piden teta a su manera, que no siempre es la más discreta y amigable
● El entorno empieza a opinar y a presionar a las madres para que deje de amamantar
● Se culpa al pecho de dejar sin hambre al bebé y ser la causa de que el bebé coma tan poco
¿Qué pasa?
Los bebés dejan de comer porque dejan de crecer. Su velocidad de crecimiento se ralentiza y dejan de comer. Pero no dejan de mamar ¡Y menos mal que no lo dejan! La leche materna cubre sus necesidades nutricionales en esta etapa. Y al contrario de lo que opina la familia y los sanitarios no dejan de comer porque tiene el pecho. El pecho no les quita el hambre ni les perjudica. El pecho les mantiene bien, hasta que entre los 15-18 meses vuelven a crecer y empiezan a comer más.
Crisis de los dos años, cuando llegas a los dos años de lactancia y cumples el mínimo recomendado por las autoridades sanitarias nadie te avisa de que vayas a vivir una situación compleja:
● El bebé no pide teta, EXIGE teta
● Maman con mucha frecuencia y mucho rato, parecen un recién nacido
● De nuevo el entorno opina y presiona para terminar de una vez “con el vicio”
● La madre se siente sobrepasada por ese comportamiento exigente y demandante
¿Qué pasa?
Pese a que tiene dos años y los vemos muy mayores y muy independientes, para ciertos temas los niños viven una etapa complicada. Se ven capaces de hacer muchísimas cosas por sí mismos, pero a la vez todo lo que hacen les causa miedos e inseguridades. La manera para saber que todo va bien es mamar. Pedir pecho es su refugio, su salvavidas… el pecho les ayuda a vivir esta situación con más tranquilidad y seguir creciendo física y emocionalmente. Pese que hay que reconocer que para las madres también es una etapa dura, una vez superada no hay más crisis, excepto la presión continua del entorno que suele opinar sin ser preguntado.
Espero que os halla servido de ayuda, si es así dar un like, compartir y si os surge cualquier duda no dudar en dejarme un comentario y en la medida de lo posible os lo resolveré.

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